Eden Hazard, el ‘mago de la Louvière’

"En el umbral del descubrimiento, desde el instante en que para los primeros navegantes una nueva tierra fue avistada hasta el momento de poner el pie sobre la costa, desde el instante en que tal sabio pudo convencerse de que acababa de ser testigo de un fenómeno desconocido hasta la fecha, hasta que comienza a valorar el alcance de su observación -abolido todo sentimiento de duración en la embriaguez de la suerte-, un finísimo pincel de fuego desprende o completa de manera única el sentido de la vida."
Cita de "El amor loco", de André Breton

Potente y técnico. Extravagante y peculiar, lo que le ha costado alguna vez marcharse antes de tiempo del partido. Juega escorado en la banda, también puede actuar como segundo punta. Le encanta entrar hacia el centro desde la banda a pierna cambiada. Jugadorazo.

Es obvio que no se trata de un hombre muy alto, pero tiene un tren inferior envidiable, además de un centro de gravedad bajo, lo que le hace muy explosivo y eléctrico ( sus arrancadas, personalmente, me recuerdan a las del “Kun”). Su cambio de ritmo es privilegiado. Un prodigio del regate, en cualquier momento puede realizar una espectacular jugada individual “made in Louvière”. Desatasca partidos.

Dicho esto,  también sabe jugar en equipo, aunque es cierto que a veces confía demasiado en sus aptitudes individuales. Habilidoso, hipérbole en la conducción de balón, con fuerte disparo a portería, buena visión del juego aunque no es su mejor virtud. Definición en tres palabras: magia, técnica y explosión.

Todavía no he visto un solo partido en el que haya participado Eden en el que no me haya llevado las manos a la cabeza por algún detallazo del belga.

En el último año ha mejorado notablemente su definición. Encara y desborda casi de manera insultante, se lo puede permitir. Por dentro, por fuera, más de un defensor de la Ligue 1 ha tenido pesadillas con él (por algo fué el mejor jugador el año pasado). Le beneficia mucho que el ritmo del partido sea alto.

Por ponerle un  pero , en ocasiones se hecha de menos que le ponga un poco de pausa al juego, que levantara algo más la cabeza.

En resumen, no tengo ninguna duda de que dará el salto a un grande en breves. Estamos ante un jugador superlativo.